(Im)productivo.

A veces una persona no sabe la revolución interior que puede causar algo que dice.

 Ella, mi amiga, solo le regaló al viento un conjunto de palabras no azarosas para que yo, o quién las escuche, haga lo que quiera con ellas.

"No me gusta lo que te dijeron porque no es productivo"

Nunca imaginé la magnitud del cambio que se avecinaba ante tal frase...cuando la escuché, la dejé, ahí, a un lado, que junte un poco de polvo hasta que las recuerde, pero poco a poco fueron haciendo eco en mi mente.

Acompañada sólo por mi tranquilidad soplé sobre ellas y las leí bien, eran claras... lo curioso, es que también me dijo que una tiene la costumbre de trasladar, una cosa se aplica a otra y así.

Eso fue lo que hice, trasladé, me di cuenta de que amarte no es productivo porque no es recíproco, y si así lo fuera, tampoco haría nada. Porque esto no lleva a nada.

Me encarcelé yo misma en los brazos de un amor improductivo. Lo bueno es que me di cuenta (todavía no sé si a tiempo) pero esto me permite saber que tengo que girar sobre mis talones y tomar el rumbo opuesto:

Ya no voy a buscar no verte, no te voy a esconder en la oscuridad o tras un velo para que tu imagen me fuera confusa, borrosa. 

No.

 Me voy a embeber de vos, me voy a sumergir en tu propio mar, repetir una y mil veces tu nombre hasta que no sangre. 
Voy a enhebrar tus virtudes y repetirlas a gritos en mi mente... hasta que no duelan.

Acostumbrarme, 
crear una nueva rutina, con vos, pero sin vos. Rebuscar las fotografías desteñidas, desempolvar los recuerdos... y crear otros nuevos, sentir con cada célula mi necesidad de vos, llorar con desesperación tu ausencia, hasta que un día deje de doler, hasta que deje de sentir.

Hasta que las respuestas lleguen sin preguntas. O hasta que las preguntas no necesiten una respuesta.


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