Alicia.

¿Que siento? creo que ya perdí esa capacidad. Me hice auto-inmune al dolor. 
Estoy cansada de pensar, dar vueltas, tratar de entender. 

¿Para qué? ¿Qué fotograma se agrega o cuál se elimina de la secuencia de la vida con el simple hecho de que yo entienda o no algo?

Me permitía sentir, sólo eso, crear películas imaginarias donde me amabas, fundirme en los sueños con vos y hacernos uno... creía que eso era suficiente. 

Me obligaba a pensar que era mejor tenerte aquí, a mi lado, de una forma ausente, inmaterial, a sentir esa agonía de haberte perdido.

Pero, y me repito nuevamente, ¿cómo se pierde a alguien? ¿a donde se escode o a donde va?. ¿Cómo te encuentro? ¿Dónde está el agujero del conejo blanco que me lleva a vos?

Y me respondo: no me pertenecías, por lo tanto no puedo perderte.

***

La vida está compuesta por eslabones tan débiles como el cristal que encajan de una forma tan perfecta que forzarlos sería superfluo, ella, la vida, no te quiso a mi lado... no ahora.

Quizás estoy tan desesperada por llegar a vos, que buscando perdí, quizás, estoy en el agujero del conejo blanco, pero por mirar sólo tu nuca no me di cuenta de que caí. 

También es posible que no me encuentre con el sombrerero loco o que no tome el té, ni festeje mi "feliz no cumpleaños", a veces, una se pierde en el camino y encuentra algo mejor, con el sabor de lo inesperado. 

¿Cuántas veces hice planes que fracasaron?

Tal vez la clave está ahí, en dejar de hacer planes, dejar de rogar por tu presencia y dejarme llevar, por la vida o por el destino, como sea, seguro tiene preparado para mí algo extraordinario.


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